Emergió Roberto Soldado para convertir en oro un balón que caía del cielo. Un formidable testarazo del delantero del Valencia derribó el muro y llevó al Atlético de Madrid a la lona. Segunda victoria -apurada- del Valencia en Liga y nuevo disgusto para el equipo rojiblanco, que a pesar de sus buenas maneras -encontró una verdadera joya en Diego Ribas- enfrenta un camino cuesta arriba cuando el torneo no ha hecho más que empezar.
Fue el Valencia una roca, un equipo que jugó con una intensidad tremenda y que tuvo justo lo que no encontró el Atlético. La demoledora pegada de un delantero que acudió al rescate de su equipo. Durante la primera mitad, Soldado se ejercitó reiteradamente en el perdón ante el marco contrario. Pero nunca desistió de su misión goleadora hasta que perforó la meta del fenomenal Thibaut Courtois, un joven espigado con maneras de porterazo. En lo poco que no fue batalla en el centro del campo, insistió la ofensiva del Valencia -le anularon injustamente un gol de Piatti, Jonas falló una doble ocasión cantada-, pero el Atlético también pudo morder a Guaita -también intachable-, con el bullicio deAdrián y la clase estelar de Reyes. Tablas dentro y fuera de la cancha...
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